Porque habló una sola vez y la gente la olvidó.
Nunca podré borrar de mi memoria la fecha y lo que estaba haciendo cuando se dio la noticia de la desafortunada muerte de la “Reina de corazones”.
Era viernes y yo estaba embarcando con destino Lanzarote para ser jurado de “Miss Interviú”, concurso que se celebró durante varios veranos. Pero a la hora, tuvimos que bajar debido a un problema técnico en el avión y de nuevo en tierra, conecté el móvil.

Efectivamente, el día anterior había estado Carmen en el programa “A tu lado”. Curiosamente, compartimos camerino y estuvimos casi una hora hablando. Nunca he contado nada de esa conversación y desde luego, no lo voy a hacer ahora, pero si puedo decir que comprendí muchas cosas y no tenía ninguna prisa para irse a casa. Se sentó en el pequeño sofá y empezó a hablar de diferentes temas, como nunca la había visto. A pesar de todos nuestros enfrentamientos en televisión, al final confió en mí. Por la noche y no recuerdo el motivo, hubo un especial de “Salsa Rosa” y Carmen me mandó dos mensajes muy bonitos, por cierto. ¡¡¡Qué pena que los borrase!!!
Al final entré por teléfono. Carolina me relató en directo cómo se había producido su muerte y no pude reprimir las lágrimas.
Volé a Lanzarote, mi teléfono no paraba y la noticia estaba presente en todos los canales. Los rumores y las especulaciones se disparaban.
Durante más de un año se estuvo hablando de cómo se podía haber producido la muerte de “La Divina”, de quién estaba con ella, de la autopsia, de las cámaras de seguridad de la entrada, de la señora que trabaja desde hace años en casa de Carmen y de Eva Carreño.

Eva permaneció cuatro años en silencio. Era la persona más buscada desde que desapareciese Carmen. Todo el mundo quería saber quién era, le ofrecieron millones, todos queríamos entrevistarla y que contase en primera persona cómo vivió esa tremenda secuencia. Pero Eva no podía, no estaba preparada ni física, ni mentalmente. Y lo que la gente no sabe es que hasta hace más bien poco, Eva ha estado medicada y con tratamiento psicológico, por lo tanto, sin poder trabajar.
No fue un simple y pasajero shock encontrar a su amiga muerta, sino algo mucho más duradero y desde luego, mucho más profundo para su mente.
Recuerdo, como si fuese ayer, a Eva entrando en mi casa a los tres días del suceso, temblorosa, como si le hubiesen echado veinte años más y con una lánguida mirada que te decía “ayúdame”. Y desde luego, había que acompañarla al baño porque no podía entrar sola, algo que ha logrado superar gracias al tratamiento.
El año pasado por esta época, durante quince días, estuve entrevistando a Eva (más de 70 folios) y le sirvió de terapia. Yo sabía que las revistas no iban a querer el reportaje porque impactaba mucho más ver a Eva en directo contando todo que leyendo sus declaraciones. Pero le daba pavor pisar un plató de televisión y le dije que se dejase entrevistar fuera. Así sucedió en “DEC” y la entrevista se la hizo mi gran amigo Ximo Rovira. Desde entonces, nadie la ha vuelto a mencionar.
A Eva Carreño le han dado el alta médica a principios de este año, aunque la Seguridad Social estuvo a punto de darle un tanto por ciento de invalidez por las secuelas causadas. Pero Eva se siente ya con fuerzas y quiere empezar a trabajar de nuevo.
Espero que encuentre pronto un trabajo porque ganas no le faltan. Su trabajo en producción, en numerosos programas de televisión, le avalan y se lo merece. Es más, estoy segura que en la nueva serie sobre la vida de Paquirri que se está preparando, Eva Carreño haría un buen trabajo de producción. ¡¡¡¡Mucha suerte Eva!!!!